El número de mayo del prestigioso informe mensual sobre el medio ambiente en América Latina, EcoAméricas, destacó el interés de Chile por aprovechar su extensa costa con la instalación de plantas desoladoras para enfrentar la crisis hídrica del país, y recoge la opinión del director del Centro de Investigación HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha, Dr. Claudio Sáez Avaria, quien dirige un proyecto de tres universidades para investigar la desalinización sostenible.
El texto indica que Chile es el líder en América Latina en desalinización, produciendo unos 500 millones de litros de agua industrial y potable por día, según la Fundación Terram, destacado grupo ambientalista chileno.
Hasta ahora, el país ha construido plantas desalinizadoras principalmente para atender minas y otras industrias, pero la tecnología también se está utilizando para suministrar agua potable a las ciudades. Entre ellas se encuentra Antofagasta, cuyos 360.000 habitantes, la sexta población urbana más grande del país, dependen de una planta desalinizadora de propiedad colombiana para el 85% de su agua potable.
EcoAméricas consultó al director del Centro de Investigación HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha, Dr. Claudio Sáez Avaria, sobre las plantas que actualmente están en operación en Chile y de cómo tratar la salmuera.
Sáez informó que hay 22 grandes plantas en operación y que la mitad de ellas se construyeron en los últimos 10 años, mientras que el resto tiene entre 20 y 30 años. Agregó que las condiciones que impulsan la necesidad de desalinización no muestran signos de disminuir. “Hay una disminución duradera de las precipitaciones, y yo hablaría de desertificación. El desierto de Atacama está avanzando hacia el sur”, afirmó.
El director del HUB Ambiental UPLA dirige un proyecto de tres universidades para investigar la desalinización sostenible y expresó que, la salmuera de las plantas debe mezclarse con agua de mar en piscinas antes de descargarse, para que las aguas residuales bombeadas al océano sean menos salinas. Este proceso se usa en otras partes del mundo, España, por ejemplo, pero no en Chile.